Normalmente en el imaginario
colectivo el Rock & Roll se asocia a fiestas sin fin, drogas, limusinas y
éxito, pero realmente la cantidad de músicos que han podido saborear estas
mieles es una inmensa minoría. La balanza se decanta por el lado de los loosers
y de los que vieron pasar muy de cerca su gran oportunidad. Tenemos a Elvis,
pero afortunadamente también existió Esquerrita. Los 70 no hubieran sido lo
mismo sin Led Zeppelin, pero a una isla desierta también se vendrían conmigo
los vinilos de James Gang. Y nadie duda de la grandeza de The Band o de Neil
Young, pero pocos parecen acordarse de Bobby Charles, un auténtico genio.
Quizá la situación que mejor
define la trayectoria de Bobby Charles se vivió en San Francisco a finales de
1.976. The Band habían decidido cerrar su carrera ofreciendo un concierto que
quedaría registrado por Martin Scorsese y se publicaría en vinilo y en VHS bajo
el nombre de “The last Waltz”. Para este concierto los canadienses reunieron a
la realeza del Rock & Roll: Bob Dylan, Clapton, Ringo Starr, Van Morrison,
Joni Mitchell, Dr. John, Neil Young, The Staple Singers… y Bobby Charles. Quizá
a quienes hayan visto el DVD hasta prácticamente quemarlo este dato les
desconcierte, pero Bobby Charles estuvo sobre el escenario aquella noche. El
problema vino cuando Scorsese se encontró con un metraje excesivamente largo y
tuvo que recortar minutos de aquí y de allá dejando fuera a este maravilloso
músico. Los millones de compradores de este álbum se quedaban de repente sin la
oportunidad de escuchar a uno de los mejores músicos de su época y de su
estilo, y Bobby Charles se quedaba sin poder mostrarle su talento a los
millones de personas que han comprado este directo desde que se editó.
Nacido en medio de la nada, desde
pequeño encontró en la música la válvula de escape necesaria para no morirse de
asco en un entorno rural con poquísimos estímulos para un adolescente con
inquietudes artísticas como él. Con todo el tiempo del mundo por delante el
pequeño Bobby disfrutaba tanto con el jazz de Nueva Orleans como con el country
más puro o el blues. Tal era su pasión por tocar que sin tener todavía la edad
necesaria para tocar en clubs Bobby actuaba en la calle y en pequeños establecimientos
hasta que Chess Records conoció su talento y sin pensarlo dos veces lo ficharon
para la mítica compañía.
En pleno 1.955 la compañía era
una de las más vendedoras del país y no daba abasto para crear nuevas
composiciones. Leornard Chess buscaba nuevos temas que tuvieran el potencial
necesario para convertirse en single de éxito. Cuando escuchó “See you later,
Alligator” fichó a Bobby Charles sin pensarlo dos veces…. Sin tan siquiera
verlo!!!! Leornard Chess se fio de la grabación que le puso vía telefónica un
amigo propietario de una tienda de discos en Nueva Orleans. El increíble
instinto del director de Chess Records no falló y sabía que con esta canción la
compañía alcanzaría un nuevo número uno. Y así fue, cuando Bill Halley
interpretó este tema las ventas se dispararon de inmediato. Lo que poca gente
sabe es que cuando Bobby Charles llegó a Chess Records no daban crédito de que
se tratase de un joven músico blanco, ya que la versión que habían escuchado
por vía telefónica les hacía pensar que se trataba de un veterano músico de
color.
Falto de carisma y de ambición, y
de carácter despreocupado Bobby prefirió centrarse en la composición, cediendo durante
los siguientes años temas suyos a multitud de artistas entre los que destacaban
Willie Dixon, Fats Domino, Doug Sham, Wilson Pickett, James Cotton, Joe Cocker,
Paul Butterfield, Neil Young o Clarence Frogman. Finalmente en 1.972 su amigo
Rick Danko de The Band le animó para que publicase un álbum. El disco era,
obviamente, una obra maestra, pero pasó completamente desapercibido pese a
poder mirar cara a cara a las mejores obras de Neil Young o The Band. Toneladas
de música campestre que ridiculizan a muchos músicos actuales que se pasan el
día hablando de música de raíces. Pero la falta de ambición de Bobby Charles le
hizo no buscar el éxito a toda costa y este álbum pronto quedó como un bonito
disco sólo conocido por un puñado de fans desperdigados por todo el mundo. En
las fotos de la portada y contraportada se veía perfectamente el carácter de
este músico. En la primera salía en la orilla de un lago jugando con su perro,
mientras que en la segunda aparecía devorando un enorme trozo de sandía. A
Bobby Charles no le interesaba el éxito, lo suyo era componer música que le
salía directamente del corazón y dejar que otros acaparasen los aplausos.
Tras la desastrosa acogida
obtenida por su álbum de debut, el músico siguió trabajando como compositor
pero cada vez más harto de tener que mantener contacto con la industria musical
decidió volver a su entorno rural viviendo ajeno a todo, pero disfrutando de la
vida a la manera que él sabía hacerlo.
Conforme su obra fue ganando
nuevos adeptos Bobby se animó y durante los 90 grabó dos discos –“Wish you were
here right now” y “Secrets of the heart”- que le hicieron conquistar algo del
éxito nunca obtenido, pero cuando parecía que todo volvía a tener sentido el
huracán Rita destrozo su casa del golfo de México, por lo que, arruinado y
decaído, no tuvo más remedio que volver a su Abbeville natal, donde murió el
pasado 2.010
Un triste final para un músico
que merecía haber vivido una mejor suerte. Por lo menos en vida pudo ver como
compañeros de profesión le realizaban homenajes versioneando alguno de sus
temas. Entre los colegas que le
rindieron tributo de una u otra forma estaban Neil Young, Ray Charles, Vetiver
o Etta James. Auténticos pesos pesados de diferentes escenas que supieron
apreciar el talento de este compositor.
Quien no conozca su obra que
pruebe a escuchar su álbum de debut. Escójase una mañana soleada, un entorno al
aire libre, apague el puto móvil y dese una hora de tiempo para disfrutar y
paladear este disco lleno de melancolía, aires bucólicos y preciosos detalles
en cada uno de los surcos del álbum.
Videos:
Muy bueno el articulo...pero me pregunto,porque tenemos tanta obsesión por los loosers.... tanto nos identificamos con ellos!?
ResponderEliminarPobre Boby, quedarse fuera del documental de Scorsese debió ser un duro golpe.
Es espectacular el talento de Leonard Chess a la hora de elegir artistas para su sello!!! Hace poco le regale Cadilac Records a un colega y la disruto como un niño...
Tripi perdido... leerte es descubrir maravillosos secretos.
ResponderEliminarNo sé cuantas veces en mi vida habré visto el documental de "The Last Walz".
ResponderEliminarUna jodida maravilla de inicio a fin.
Imagino que, por el carácter que parecía tener nuestro amigo Bobby, simplemente con estar allí ya sería suficiente y, no nos engañemos, la mayoría de nosotros hubiéramos matado por "simplemente" estar entre el público, por lo que ni contamos lo que sería estar sobre el escenario.
Por otra parte, hace unos años me compré la mega caja de 4 cd's del susodicho concierto y, sí, está Bobby en los créditos pero, por supuesto, ha pasado absolutamente desapercibido para el que escribe, como no podía ser de otra manera, hasta la aparición de este artículo.
...y ahora quizás hasta igual me compró sus discos y disfruto de sus mágicas portadas y contraportadas...
La caja de 4 cd's de The Last Waltz es un fetiche que merece estar en la estantería de cualquier ser humano con buen gusto. Las audiciones de los ensayos son espectaculares, los temas que quedaron fuera del concierto, las fotos de la carpeta interior ..... puedes dedicarle perfectamente un fin de semana a esa cajka y quedarte bien satisfecho. El sello Rhino demostró de nuevo su enorme buen gusto a la hora reeditar jugosas golosinas con las que arruinarnos.
ResponderEliminarYa sabes que soy un tipo con muy buen gusto. ;)
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