Sí, el título es un poco cutre.
Pero acabo de llegar de Londres y quiero escribir cuanto antes para poder describir lo mejor posible las
emociones vividas durante los dos conciertos de los Crowes en la capital inglesa. Una vez deshecha la maleta ya estoy
en disposición mental de comentar lo acontecido. Pero vayamos por partes.
Londres
A Londres me une una relación de
amor/odio. Es innegable lo bonita que es y la vida que tiene. La oferta
cultural es desbordante y sus mercadillos son de otra galaxia. Pero por otro
lado es imposible ver el sol (incluso nevó a finales de marzo, algo que para un
mediterráneo como yo parece surrealista), la comida es basura y lo peor de todo
…. está llena de ingleses, que salvo honrosas excepciones es el pueblo más maleducado,
hortera, follonero y borracho del planeta. Afortunadamente si uno sabe montárselo
bien puede disfrutar de su estancia comiendo comida barata y riquísima de cualquier
rincón del planeta, yendo a museos gratuitos o revisando las cubetas de ofertas
de cualquiera de sus tiendas de discos (n.del r.: mejores capturas: vinilos de White Hills y Six Organs of admitance a buen precio, y cd’s de Devendra Banhart, Phish y Norah Jones a 5€
…. Además del primero de Supergrass
a 50 céntimos).
Los Crowes
Desde que los hermanos Robinson anunciaron su comeback hace
unos meses hemos podido de leer todo tipo de tonterías en la red. Quien espere
que los Crowes vayan a funcionar como
Red Hot Chilli Peppers tiene un
problema. Esta banda es jodidamente real y hace las cosas a su manera, cuándo y
cómo les apetece, aunque muchas de sus decisiones sean extrañas, incoherentes o
incomprensibles. Tras casi dos años de parón centrados en otros proyectos de
golpe y porrazo Chris y Rich decidieron poner en marcha de
nuevo la banda con un guitarrista (Jackie
Greene) desconocido para el gran público … obviamente esto generó mucho
escepticismo, pero amigos, puedo decir que los Crowes están en un gran momento. Obviamente sus mejores giras
fueron las del 97, la del 2005 y la de 2009, pero estamos ante una banda que
cuando amplíe el repertorio y ruede un poquito va a darnos mucho placer. A mí
me sonaron más rockeros y potentes que en anteriores ocasiones, con un volumen
propio de sus primeros tours. Durante años muchos algunos fans criticaban que Rich “tocaba desenchufado”. Pues bien,
ahora la guitarra de Rich atruena y
desde su aparente anonimato dirige junto a Steve
a una banda poderosa que goza de una tremenda salud y es capaz de ofrecer un
montón de registros diferentes durante el mismo concierto sin perder ni un
ápice de su personalidad.
First night. Este bolo fue el sueño de cualquier fan que viese al
grupo por primera vez: un precioso teatro de mediana capacidad a reventar de
fans histéricos y la banda interpretando el típico set de festivales: “Jealous again”, “Remedy”, “Soul singing”, “She talks to angels”, “Think’nThin”, “Wiser
time”, “Thorn in my pride”, “Hotel illness” …. ¡y aún hay gente que se
quejaba a la salida! Yo estuve plácidamente en quinta fila con mi chica y podía
ir a la barra y regresar a mi posición sin problemas. Muchos crowesheads
esperan ver siempre el concierto raro, el concierto con la versión diferente,
la jam más espectacular … pero ese es su problema. La banda no te garantiza ver
lo que tú quieres sino lo que esa noche les apetece a ellos. De todas formas
hubo pequeñas sorpresas en el set de la mano de “Medicated goo” de Traffic,
la aparición de Jackie Greene con su
mandolina en “She talks to angels”, “High Head blues” con una cañera recta
final, la visita al fabuloso Three
snakes gracias a “Good Friday”, “Feelin allright” de Joe Cocker y una tremenda versión de “Hard to handle” que incluía una
pequeña rallada psicodélica en medio que empalmaba con “Hush” de Deep Purple.
Casi nada. Como si eso se viera todas las noches en mi barrio.
La banda sonaba atronadora, más
cercana al hard rock que en anteriores ocasiones en la que la guitarra de
Luther les llevaba a terrenos más clásicos, pero con muchos matices y
ofreciendo diferentes arreglos de sus clásicos que agradecimos los que les
habíamos visto en anteriores ocasiones (“My
morning song” fue semi-acústica e incluyó la parte góspel que aparecía en Crowology, “Jealosu again” acababa con los músicos haciendo la última estrofa
a capella o la citada mandolina en “She
talks to angels”).
Second night. Impresionante. Este
show ocupa directamente el puesto nº2 en mi ranking de conciertos de los Crowes
(y van 11 veces). El equilibrio perfecto entre todas las facetas de los
Cuervos desde el potente arranque hard rockero con “Twice
as hard”, “Hotel illnes” y “Goodbye daughters of the revolution”. Tras
estas tres primeras canciones el publico ya estaba a sus pies por lo que era el
momento de viajar a los 60 de la mano de …. “Space Captain” de Joe
Cocker!!!!. Con el público más entregado todavía comenzaba la faceta jammy,
nada menos que empalmando “Descending”
y “Wiser time”. Las dos piezas de Amorica sonaron brutales, especialmente
la segunda. En ella hubo momentos realmente mágicos como la parte de la jam en
la que se quedaron solos Sven, Steven y Adam haciendo un solo 100% de hard funkie, o el solo de Jackie Greene con un estilo muy cercano
a Jerry García de mis adorado The Grateful Dead. Esta canción sirvió
también para que Rich demostrara que
es el puto jefe con un solo tremebundo. Tras la tormenta llegaba la calma con
un breve fragmento acústico. “She talks
to angels” con Jackie a la
mandolina, y “Whoa Mule” con Steve Gorman tocando los bongos
construyeron el momento tranquilo del show. Tremendo. No hay otra palabra.
Sentidas interpretaciones que contaban, ante la ausencia de las coristas con todos
los músicos participando en las tareas vocales consiguiéndole dar nuevos
matices a cada tema.
Por si dos
jams no eran suficientes, llegaba la tercera con “Thorn in my pride”: tremenda canción y tremenda jam. Espectacular
los guitarrazos de Rich acompañando
a la armónica de su hermano mayor. Y Steve
…. Ese batería no debe ser humano. Una vez acabada la canción Chris tiró la armónica al público creando
un poco de caos que desvió la atención de lo que pasaba sobre las tablas. ¿Y
qué pasaba? Pues nada menos que los Crowes
arrancaban con “She gave good sunflower”,
una canción rara vez tocada en sus shows. Gran interpretación con Sven demostrando que su bajo es una
pieza clave en el sonido del grupo y Jackie
sacando fuego de su guitarra en la parte final del tema. Por primera vez en
todo el concierto los Cuervos
bajaban el nivel de intensidad varios enteros interpretando: “Oh Josephine”. Esta canción nunca me
ha gustado especialmente por lo que decidí hacer algo sensato e ir a por
cerveza, aunque viéndolo con perspectiva entiendo que la tocasen para bajara
las revoluciones de cara a la recta final.
Ya
con la birra en mi mano aproveché para cambiar de posición y ver el resto del concierto
desde unas escaleras de la parte de atrás desde donde tenía una privilegiada
vista. Nada que no se agradezca cuando la recta final del concierto está
formada por “Jealous again”, “Remedy”, “Sometimes salvation” y
“Been a long time”. Estas dos últimas fueron brutales, la primera gracias
al solo de Jackie y la segunda
gracias al trabajo en equipo que demuestra que los Cuervos ya se están compenetrando tras cuatro conciertos. Finalizado
el tema de “Before the frost” el
grupo daba por concluido el concierto. Pero ni de coña. Nadie iba a permitir que
se marchasen tan fácilmente por lo que toda la sala comenzó a gritar, patalear,
silbar o a hacer ruido con lo que tuviese más a mano hasta que los Cuervos volvieron a pisar el escenario.
Momentazos de piel de gallina al ver a toda una sala en pie rogando que los
músicos regresen al escenario.
Las
mismas caras de felicidad que había en la platea se veían también sobre las
tablas. Los músicos estaban felices y no iban a hacer el típico bis de
compromiso, sino que nos iba a regalar un bis inolvidable. “Appaloosa”, una de sus mejores canciones en mi opinión, comenzaba
el bis, siendo enorme el solo de Jackie y los arreglos con los que el grupo
cerró el tema. La inesperada “Oh sweet Nuthin”
era la siguiente en caer y “Boomers Story” de Ry Cooder cerraba el concierto. Obviamente el momento
álgido fue la canción de la Velvet
underground con toda la sala coreando el estribillo al unísono. Conforme se
acercaba el solo tenía dudas acerca de quién lo ejecutaría, porque recordemos
que lo que hacía Luther durante esta
canción era increíble. Llegado el momento pudimos ver que era Rich quien se hacía cargo demostrando
que es un gran guitarrista que siempre ha estado a la sombra de su hermano
mayor y de Marc y Luther.
Tras ver estas dos actuaciones no
me quedan dudas acerca de ellos. Son la mejor banda surgida en los últimos 30
años y su legado ya empieza a mirar cara a cara al de las grandes bandas que a
todos nos vienen a la cabeza. Sus composiciones, su actitud, su imagen, su carisma,
sus conciertos, su capacidad de asumir riesgos cada noche, su destreza
instrumental … si esta banda hubiese nacido en el año 68 estaría colocada al
mismo nivel que The Allman Brothers,
Humble Pie o Led Zeppelin, pero al nacer en los 90 muchos críticos los ignoran o
no se atreven a otorgarles la grandeza que merecen. Pero para mí amigos, los Crowes son la mejor banda del mundo.
PD: Durante la estancia en
Londres Chris nos regaló otra gran
declaración salida de su bocaza al comparar en la prensa los actuales
conciertos de los Stones con las
atracciones de Disneylandia. Enorme
y sincero.
Los conciertos efectivamente tremendos, pero creo que el sonido de la sala (o el técnico, no lo tengo muy claro) les hizo un flaquísimo favor. El primer día vimos el concierto desde 4ª fila aprox, entre los micros de Chris y Rich, y retumbaba aquello por todas partes cosa mala. La voz tardó en acoplarse unas 2 ó 3 canciones, sonaba todo achicharrado... La 2ª noche lo vimos en las escaleras a la izquierda de la mesa de sonido (a ver si cambiando de lado y desde más atrás mejoraba la cosa). Pero no: sonaba igual de mal que la primera noche, el bajo retumbaba por todas partes, la voz de Chris se perdía muchas veces (por no hablar de los coros.. qué coros??. En definitiva: dos grandes conciertos arruinados por un pesimo sonido, en mi opinión. Una pena.
ResponderEliminar¿Qué te pareció a ti el sonido?
Saludos!
ResponderEliminarEl sonido fue horrible!!! Hablando con los colegas a la salida nos descojonabamos pensando que la semana que viene toca Kreator en esa sala!!! Si el volumen de los Crowes retumbaba, Kreator va a ser lo más parecido al infierno en la tierra!!!
Pese a ese detalle disfruté muchos los shows.
Que envidia cabrón!!!!! Desde luego los Crowes son la mejor banda de los últimos 30 años, indiscutible, pero bueno, mejor que lo sepamos unos cuantos...
ResponderEliminarJoder, mal sonido en un concierto de los Crowes? y no se enfadaron los hermanitos?
ResponderEliminarYo también estoy de acuerdo, son la mejor banda de los últimos 30 años,sin contar el legado de los Guns, of course!!! Lo mejor de todo es que nunca han tenido ni siquiera un pequeño bajón y siempre dan la sensación de tener cuerda para rato... Que bonito es ser contemporáneo de una banda con tanto talento, siempre envidiando a la gente que pudo seguir paso a paso carreras como las de los Stones, Lynyrd Skynyrd, Aerosmith. Nosotros podremos contar a nuestros nietos que seguimos paso a paso las andanzas de estas leyendas.
El amor tiene la culpa de que mi tribu no escriba. Lo sé.
ResponderEliminarEspero con mucha ilusión vuestras entradas chicos.
Un abrazo.