domingo, 10 de junio de 2012

EL MUNDO ES DE LOS CHICOS (I).



   Siempre he sido un gran aficionado al llamado "cine de mafiosos", expresión que engloba, principalmente, al cine de aquellas gentes, (y sus descendientes), que un día se subieron a un barco, abandonaron su "Padrona Italia", y se dirigieron a la tierra de las oportunidades. Muchos se quedaron en Nueva York, (Luciano, Costello), otros fueron a parar a diferentes lugares de la geografía norteamericana, (Giancana a Chicago, Trafficante a Miami o Carlos Marcello a Nueva Orleans). Ya allí, unos, (éstos no tienen nombres ni apellidos), se dedicaron a trabajar como mulas por un salario de miseria y otros, nuestros protagonistas, pusieron todo su empeño en desarrollar una carrera delictiva lo más prolífica y rentable posible.

                                                                                                                                                                   
Protagonistas de The Wire.
   Me encantan y he disfrutado mucho viendo películas como "Godfellas", "Una historia del Bronx", "Donnie Brasco",  la trilogía de  "El Padrino", y, por supuesto, la gran serie de televisión "Los Soprano", (aunque, queridos lectores, "The Wire" me gusta más). 

   En la casi totalidad de ellas, los extorsionadores, asesinos y traficantes que van apareciendo en la pantalla destilan un halo de romanticismo que consigue que, incluso personas que nunca matarían una mosca, lleguen a pensar: "como me gustaría ser uno de ellos". Casi estaba llegando yo a esta conclusión, al principio de la lectura de la biografía de uno de los criminales más poderosos del siglo XX, el antes citado, Sam Giancana, escrita por su hermano Chuck y su sobrino Sam, titulada "Double Cross", y que, en España, fue editada por Grijalbo en 1992. Pero no, de romanticismo, identificación, elegancia y valentía bien entendidas nada, porque La Mafia no se limita a hacer la vida imposible a los pequeños comerciantes de un barrio de cualquier ciudad, o a chuparle la sangre a los pobres prestatarios que han caído en su usurera tela de araña, La Mafia y sus largos tentáculos han llegado a secuestrar Estados de la cabeza a los pies. 

Y pruebas irrefutables de ello son las confesiones que Sam Mooney,( apodo que le pusieron cuando siendo un chaval ya poseía una personalidad tan salvaje que sus propios amigos empezaron a referirse a él como lunático, como sabréis moon en inglés significa luna), Giancana, le hizo a su hermano Chuck, y que éste reprodujo en el libro que tenemos entre manos.

   De dos hablaremos en este primer artículo, pero, por desgracia habrán más en el próximo. 

Nos encontramos en la primavera de 1943, la guerra con Japón se encontraba en pleno apogeo y a los norteamericanos les habían pedido que se apretaran un poco más el cinturón, ¿os suena?, el consumo de azúcar se limitaba a 1 kilo mensual por família, y millones de norteamericanos se conformaban, en nombre del patriotismo, con apenas diez litros de gasolina semanales, y, mientras esto sucedía, nuestro "chico" Sam, (dentro de la Organización, Banda, Sindicato, Mafia, como prefiráis, se conocía, en determinado momento, a los jefes Giancana, Trafficante y Marcello, como los "Chicos", recomiendo encarecidamente la lectura de la trilogía americana de James Ellroy, en la que se retrata a estos personajes con notable fidelidad y así se les llama reiteradamente), se dedicaba a vender cupones de racionamiento que, por supuesto, había robado previamente, enriqueciéndose a costa de las penurias del país.
 ¿Quién se va a beneficiar, hoy día, del desmantelamiento de la sanidad y la enseñanza públicas? Como le decía Garganta Profunda a los redactores del Washigton Post en la película "Todos los hombres del Presidente", seguid el rastro del dinero, ¿Quién gana con esto? Seguro que honrados y emprendedores empresarios, tanto patrios como extranjeros.

Joe Kennedy.
   Otro ejemplo, éste fue fundamental para la historia del siglo XX, fue, como una de las famílias más importantes e influyentes de todos los tiempos en los Estados Unidos de América, los Kennedy, debieron la posibilidad de su ascenso, desde sus más tiernos orígenes, a La Mafia. ya que el patriarca Joe Kennedy salvó la vida cuando, tras haber transportado ron de contrabando a través de Detroit, sin haber pagado el permiso a la mafia judía, la conocida como Banda Púrpura, que controlaba aquella ciudad del medio este, y ser condenado a muerte por ello, pidió ayuda a su "amigos" italianos, Esposito y Ricca, principales jefes de Chicago por aquella época, los cuales jugaron caprichosamente con el destino del irlandés y con los que estuvo en deuda a partir de entonces. La relación entre Mooney y los Kennedy llegará a ser inquietantemente estrecha, como veremos en próximas entregas.

EPÍLOGO A LA PRIMERA PARTE.

   Volvemos al siglo XXI, es un caluroso domingo de junio, abrimos el periódico EL PAÍS, el cual forma parte del Sistema, por supuesto, pero su edición dominical tiene una más que aceptable calidad, y descubrimos leyéndolo que La Mafia, no sólo mantiene, sino que aumenta su poder: " Si un mafioso es enterrado como un Papa, ¿por qué no su dinero? Si el Vaticano autorizó, en 1990, que Enrico de Pedis, el último capo de la violenta banda de la Magliana, fuese enterrado en la cripta de la basílica de San Apolinar, entre cardenales y según un rito reservado a los Papas-un ataúd de ciprés dentro de otro de zinc y de un tercero de roble-¿quién puede extrañarse de que el Banco del Vaticano conserve códigos cifrados para mantener el anonimato de sus clientes? La OSCE, (Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa), lo señala como uno de los bancos sospechosos de blanquear dinero de la droga y del crimen organizado." Capos enterrados como Papas y la Organización financiando el Vaticano a la vez que éste le limpia su dinero, honradamente ganado, si Jesucristo levantara la cabeza...

   En una próxima entrega hablaremos de la vida se Sam Giancana, y como, él mismo, nos irá descubriendo las miserias de políticos, actores, y demás gente teóricamente respetable. Además intentaremos destapar como La Mafia se adapta a los tiempos y, a los diferentes lugares en los que actúa, ya sea a nivel internacional, o incluso en nuestra cutre, cainita y vacía, en parte, España.

"Que ustedes sean lo más felices que puedan".

Camarada Lester.




5 comentarios:

  1. Bravo! Excelente!
    Los dientes largos y salivando, así me he quedado tras leer este articulo. Qué ganas de continuar leyendo historias de estos héroes del crimen.
    Como apunte al tema Vaticano-Mafia, comentar que ya en "El Padrino III" Michael Corleone "compra" su redención y su parcela en el Cielo a la Iglesia por cientos de millones de dólares y los cardenales con túnicas de color púrpura son mostrados como auténticos demonios de garras afiladas....

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  2. Tienes toda la razón Chris, en el Padrino III hay notables dosis de crítica hacia algunos de los núcleos de poder.
    A pesar de no ser merecedor de tus alabanzas me hacen feliz.

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  3. Es increíble la atracción que nos provocan los chicos malos...
    Sabemos que no está bien lo que hacen pero no podemos evitar profundizar en sus andanzas y fechorías.
    Que siga la fiesta!!

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  4. La mafia en el blog... menudo mundo,reconozco que me produce en mi una fascinación increíble, no significa que glorifique a estos personajes, pero las historias alrededor de ellos son imprescindibles para entender al ser humano y sobre todo al funcionamiento de las grandes ciudades,sobre todo de los grandes empresarios que las dominan...no veis puntos en común entre algunos empresarios de este país y algunos de los grandes mafiosos?
    Como fueron los inicios de los Kennedy? ni el mismísimo Corleone logro limpiar el apellido de sus hijos de la misma manera.

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  5. Cuanta razón tienes Smoker Man, y en el próximo artículo podrá comprobarse como también a través de ellos se entiende el funcionamiento de países enteros e incluso del mundo.

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